Es el compromiso que el pasado mes de enero adquirió el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dentro de su plan de estímulo económico. Entre los beneficiados por este giro de la política energética norteamericana se encuentra la filial de renovables de Energías de Portugal (EdP). La firma presentó unos resultados anuales que le permiten afrontar 2009 desde una posición «cauta pero cómoda», a juicio de su consejera, Ana María Fernandes, y que muestran, por sí solos, el tirón eólico del grupo eléctrica en el gigante americano.
Horizon Wind Energy, la filial del grupo EdP en Estados Unidos, cerró el año con un total de 2.158 megavatios (MW) de potencia eólica en operación. La firma estadounidense tenía 559 MW brutos de capacidad operativa y 997 en proyectos en construcción cuando fue adquirida en 2007. Los parques norteamericanos generaron el 31% de los beneficios brutos de explotación (Ebitda) de la filial de la eléctrica portuguesa, que controla la asturiana HC Energía.
Es más, la cartera de proyectos de Horizon -repartida entre 20 estados de EE UU- representa más de la mitad de la capacidad eólica del total de activos de EdP Renovables. Y por si fuera poco, hace algo más de un mes, la firma anunciaba la puesta en marcha del complejo eólico más potente del mundo, en Kansas.
A juicio del consejero financiero de EdP Renovables, Rui Teixeiro, la firme determinación de la Administración Obama por reducir la dependencia energética del petróleo de Estados Unidos y apostar por las fuentes renovables «refuerza la visión que tuvimos en 2007, cuando nos decidimos a entrar en el mercado norteamericano». Esto no quiere decir, continuó Teixeiro, «que vayamos a centrar todas nuestras operaciones en EE UU». España sigue siendo la joya de la corona de la filial de renovables, pero lo cierto es que la política 'verde' de Obama no puede llegar en mejor momento para la eléctrica, con sede social en Oviedo.
Política 'verde'
La búsqueda de un cambio en la política energética impregnaba ya el discurso político de Barack Obama en su carrera por la Casa Blanca. En su programa electoral, el demócrata apostaba por reducir la dependencia energética norteamericana del petróleo de Venezuela o de los países de Oriente Medio en un plazo de 10 años.
Pretendía, además, crear «cinco millones de puestos de trabajo 'verdes'» mediante la inversión estratégica de 150.000 millones de dólares en la próxima década y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 80% antes de 2050.
La materialización de estas aspiraciones no se hizo esperar. La crisis económica sirvió como catalizador. El pasado mes de enero, la Administración de Obama daba a conocer su plan de recuperación económica para afrontar la contracción del mercado. Este programa prevé duplicar en tres años la producción de energías renovables, modernizar el 75% de los edificios federales públicos y mejorar la eficiencia energética de dos millones de hogares estadounidenses.
La actitud en materia energética del Gobierno demócrata convence a EdP Renovables «a corto y a largo plazo», explicó Fernandes. De forma inmediata, la política de Obama proporciona una «mayor estabilidad regulatoria hasta 2012», ya que reduce buena parte de las trabas burocráticas y medioambientales para la puesta en marcha de parques eólicos. Por otro lado, los objetivos federales fijan en un 10% la electricidad proveniente de fuentes de energías renovables en 2012 y en un 25% en 2025. Este propósito permite «afrontar con mayor confianza» los desembolsos de nuevas inversiones «y asegurar su rentabilidad a largo plazo». Pero, ¿y a corto?
Incentivos fiscales
Hasta el pasado año 2008, la legislación norteamericana garantizaba 21 dólares de beneficio fiscal por cada megavatio de potencia producida. Sin embargo, la mayor parte de los promotores requerían de los servicios de grandes bancos inversores para poder canalizar ese estímulo fiscal, al carecer de la dimensión financiera necesaria para beneficiarse por sí solos. La crisis económica agravó la situación.
Los bancos norteamericanos no sólo no querían capital para invertir, sino que dejaron de tener beneficios suficientes para monetizar los incentivos. La nueva normativa energética, que afectará a los proyectos eólicos que empiecen a funcionar en 2009 o inicien las obras antes de 2010, ofrece «dos alternativas (fiscales) a la industria eólica para pasar la tormenta de 2009», añadió Fernandes.
Por un lado, la nueva ley beneficiará a los operadores, no sólo en función de su producción, sino de la inversión realizada. Así, además de extender hasta 2012 el incentivo fiscal sobre la producción, que expiraba en diciembre de este año, y su monetización vía inversores clásicos, la ley ofrece la opción de optar a un crédito fiscal garantizado por el Departamento del Tesoro. En definitiva, la ley «flexibiliza el mecanismo para obtener liquidez y mejora el coste de capital», explicaron fuentes de EdP.
Los estímulos del Gobierno federal para incentivar la producción eólica allanan el camino para nuevas inversiones, al tiempo que las ya realizadas empiezan a dar sus frutos. En el cuarto trimestre de 2008, Horizon instaló 425 nuevos MW de potencia eólica en cinco nuevos parques en EE UU. La compañía tiene en construcción otros 199 MW y el pasado mes de diciembre consiguió cerrar un acuerdo de financiación en EE UU por valor de 256 millones de dólares. «La única compañía que ha cerrado semejante transacción en plena crisis», concretó Fernandes.
(ECOticias.com, 09/03/2009)