Según estos sectores, el proyecto, además de contribuir a reducir las emisiones de CO2, permitirá rebajar el diferencial de España frente a Europa en cuanto al grado de sustitución de combustibles fósiles por alternativos en la industria cementera.
La industria cementera, la del reciclaje y la de automoción trabajan en una iniciativa que tiene por objeto emplear residuos no reciclables de vehículos viejos en la producción de cemento, en sustitución de los combustibles fósiles lo que, según sus cálculos, permitirá el ahorro anual de unas 80.000 toneladas de petróleo y 100.000 de carbón.
Las empresas de estos sectores consideran que se pueden convertir en una fuente de energía alternativa cerca de 120.000 toneladas de residuos al año, mezclas de plásticos, fibras textiles y espumas que, hasta la fecha, se desaprovechan en los vertederos.
El proyecto, que ya se ha probado con éxito en cinco cementeras del país, es iniciativa de la Federación Española del Reciclaje (FER), por la Asociación para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de Uso (Sigrauto) y la patronal cementera Oficemen.
Según estos sectores, el proyecto, además de contribuir a reducir las emisiones de CO2, permitirá rebajar el diferencial de España frente a Europa en cuanto al grado de sustitución de combustibles fósiles por alternativos en la industria cementera.
De acuerdo con datos de la FER, el grado de sustitución en España es inferior al 7%, entre los más bajos de Europa en la materia (Holanda alcanza un 80% y Francia y Alemania superan el 25%), y muy por debajo de la media europea del 18%.
(Ecotícias, 11/02/2009)