Las recetas propuestas por Ribera incluyen "apostar por dinero público" que incentive "un cambio de modelo energético", así como la adopción de "políticas de mitigación de gases de efecto invernadero" y el uso de "tecnologías de tipo renovable" que disminuyan la "dependencia del petróleo".
La secretaria española de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, elogió en una entrevista con EFE el "cambio" que ha supuesto en la política medioambiental estadounidense el acceso a la Presidencia de Barack Obama y dijo ver en Washington un "socio" fundamental para llegar a un gran acuerdo en esta materia.
Ribera, que participa hoy en la capital india en un coloquio en el marco del Foro sobre Desarrollo Sostenible de Delhi 2009, recordó que Obama "ha llegado a decir que quiere liderar" la lucha contra el cambio climático, lo cual, en su opinión, certifica su fuerte "nivel de compromiso".
Por ello, lejos de "descolgarse" de la decisiva cumbre de diciembre de 2009 en Copenhague, Ribera se mostró segura de que EEUU "será un socio proactivo" para el reto de alcanzar un pacto internacional contra el cambio climático en la capital danesa.
La secretaria de Estado española se hizo eco de las voces que creen en la relación entre la "crisis ambiental" y la "crisis de desarrollo".
"Hemos llegado a un punto en el que hay una sensación de estancamiento. El modelo está agotado", reflexionó la secretaria de Estado española sobre algunos de los cimientos del sistema financiero internacional.
Las "respuestas energéticas" están también en las raíces de la actual crisis económica, según Ribera, ya que basar la política energética mundial en "combustibles fósiles" origina "tensiones muy fuertes" en el mercado internacional, más dificultades a los países con menos recursos para salir de la pobreza y, además, "efectos nocivos para el medio ambiente".
"Tenemos que romper esa cadena y buscar alternativas que no tengan ese impacto. Las energías renovables permiten aprovechar los recursos locales y disminuir la presión sobre las materias primas energéticas que sólo tienen unos pocos", expuso.
Las recetas propuestas por Ribera incluyen "apostar por dinero público" que incentive "un cambio de modelo energético", así como la adopción de "políticas de mitigación de gases de efecto invernadero" y el uso de "tecnologías de tipo renovable" que disminuyan la "dependencia del petróleo".
Durante el foro, explicó Ribera, ha ganado espacio el debate sobre la aportación de los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático.
Tras admitir que son "mucho más vulnerables" al calentamiento global y que no están en el origen del problema, Ribera recordó que "es imposible tener éxito en la lucha mundial contra el cambio climático" si países como China y la India "no hacen un esfuerzo por que su modelo de crecimiento sea sostenible".
Elogió a Pekín por lanzar "unos planes muy ambiciosos de introducción de energías renovables", un proceso que también se está dando en la India aunque, en su opinión, "más despacio".
Durante estos días el centro de todas las miradas es el economista indio Rajendra K. Pachauri, presidente del Grupo Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático (IPCC), organismo galardonado con el premio Nobel de la Paz en 2007.
Ribera dijo haber intercambiado puntos de vista con Pachauri en otras ocasiones y, en la relación de la India con España, destacó el "gran potencial" de la primera y la "ventaja competitiva" de la segunda como motores para la cooperación, especialmente en el ámbito de las energías eólica y solar.
Sin embargo, dijo no haber "comentado" con Pachauri las implicaciones del acuerdo de cooperación nuclear civil entre la India y Estados Unidos, un pacto que Nueva Delhi considera fundamental para abastecer la creciente demanda de la población.
Según el IPCC de Pachauri, el sur de Asia es una de las regiones más vulnerables del planeta: una subida del mar de sólo 1,5 metros haría desaparecer el 16 por ciento de la populosa Bangladesh.
El organismo alerta sobre el deshielo del Himalaya y prevé que en 2100 el mar sepulte el delta bengalí de Sunderbans ("bosque bello"), en la desembocadura del Ganges, donde viven cuatro millones de personas en 54 islas pobladas por tribus y gentes dedicadas a la pesca en unos 3.500 kilómetros cuadrados.
(Ecotícias, 08/02/2009)