La concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ha alcanzado una cifra récord a nivel mundial en 2008, 387 partes por millón (ppm) según las mediciones realizadas desde el Observatorio Loa Mauna, en Hawai (EE.UU.). Los datos nos dicen que emitimos 26.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año directamente a la atmósfera. Los expertos dicen que es insostenible el ritmo al que el hombre está dañando el medio ambiente.
Los bosques tropicales crecen sobre suelos de tierra turbosa (cubierta de musgo) o pantanosa, tipos de suelo con alta capacidad de almacenar dióxido de carbono en forma de material vegetal en proceso de descomposición. Pero cuando los bosques son talados o cuando los pantanos son secados para cultivos extraños a los terrenos, el dióxido de carbono escapa a la atmósfera y contribuye al calentamiento global.
El experto inglés en bosques tropicales, Faizal Parish, opina que “Justamente la liberación de dióxido de carbono de los suelos de bosques talados está ocurriendo en impredecibles cantidades”. Un estudio de la Universidad Nacional de Australia sostiene, además, que los bosques vírgenes almacenan un 60% más de CO2 que los bosques replantados.
Brendan Mackey, coautor del estudio, pidió al gobierno australiano que prohíba la tala de los bosques viejos en el país y advirtió que, "Si los bosques siguen siendo destruidos y deteriorados, el dióxido de carbono desprendido aumentará de forma significativa las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera".
Árboles Artificiales
Si los árboles y los vegetales en general absorben CO2, lo mejor para combatir el efecto invernadero y el consiguiente cambio climático es plantar árboles artificiales, unas máquinas que a mayor escala produzcan ese efecto benéfico para el medio ambiente.
El profesor en geofísica Klaus Lackner, de la Universidad de Nueva York diseñó un árbol sintético que tiene la capacidad - al igual que las hojas de los árboles reales - de absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. El científico, considera que cada uno de los nuevos árboles artificiales podría llegar a extraer de la atmósfera del orden de 90.000 toneladas de dióxido de carbono al año, el equivalente a las emisiones de aproximadamente 20.000 automóviles, una cifra verdaderamente extraordinaria.
Los desmontes en Argentina
La Cámara de Diputados de la Nación aprobó este miércoles 26 de noviembre de 2007 la Ley de Bosques. La norma, fue apoyada por más de un millón y medio de argentinos que manifestaron expresamente su adhesión. La ley incluye la suspensión de los desmontes hasta que cada provincia realice un ordenamiento territorial de sus bosques nativos. Además, establece la obligatoriedad de efectuar estudios de impacto ambiental y audiencias públicas antes de aprobar un desmonte, y protege los bosques utilizados por comunidades campesinas e indígenas.
La realidad es que hasta la fecha la Ley no fue reglamentada y muchas provincias aprovechan para seguir desmontando indiscriminadamente, tanto es así que en el Departamento 12 de Octubre de la provincia del Chaco, se talaron más bosques proporcionalmente que en la República de Haití. Nuestro país, Argentina, está en Emergencia Forestal: pierde unas 300.000 hectáreas de bosque nativo por año, una hectárea cada dos minutos.
La deforestación está alentada por el avance descontrolado de la agricultura y la ganadería provoca la pérdida de especies en peligro, desertificación, inundaciones y el desalojo de comunidades campesinas e indígenas. La conservación de bosques en el país es un excelente aliado para atenuar la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Reflexión final.
"Seas individuo, organización, empresa o gobierno, hay muchos pasos que se pueden dar para reducir la huella del CO2", afirmó el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
Sabemos que es necesario un cambio de rumbo en los modos de producción y consumo. La descontrolada y febril actividad empresarial debe chocar de frente con medidas políticas valientes, como las que recientemente tomó el Presidente de los EE.UU. Barack Obama, y los ciudadano debemos rechazar este ritmo de "desarrollo" tan perjudicial, paradójico y carente de futuro.
(Ecoticias.com, 28/01/2009)