Resumen de la alarmante situación ambiental en el centro del Perú, ocasionada por compañías mineras como Doe Run anta la inacción de las autoridades.
El medio ambiente aire, agua y suelo de la región central del Perú está tremendamente contaminado: subcuencas de los ríos San José- Anticona, San Juan, Yauli, Huayhuay, laguna de Huascacocha, lago de Junín de los Reyes o Chinchaycocha; cuenca del río Mantaro, zona agrícola del Valle del Mantaro, etc., especialmente por los relaves, botaderos de desmontes, sedimentos, rebose de las canchas de relaves, agua ácida de las minas, aguas servidas, dispersión de los contaminantes secos por el aire y otros tóxicos, que eliminan sin ningún tratamiento a los recursos hidrográficos nombrados las 17 compañías mineras en actividad, la refinería de la Oroya y las 67 mineras abandonadas.
A la cuencas del río Mantaro y del lago de Junín, eliminan sin ningún tratamiento las compañías mineras por año cerca de 50,000 de metros cúbicos solamente de relaves y tanto el lago de Junín como el río Mantaro que nace de este lago, se hallan contaminados. El lago expande la contaminación a las zonas de pastoreo de su periferia cuando la compuerta de Upamayo se cierra para aumentar su volumen de agua. Por estos vaivenes del nivel de agua del lago, se estima que se han contaminado e inutilizado 80.000 hectáreas alrededor del lago, como así también han depredado la fauna y flora. En 1978 en la Reserva Nacional de Junín, según Dourojeanni, habían 368 especias de vegetales y 98 especias de aves y en 1998, según Chauca solamente habían 26 especias de vegetales y 36 de aves.
Han desaparecido la rana gigante de Junín, batrachoprynus macrostomus, la trucha y está extinguido o en vías de extinción el zambullidor, podiceps taczanowskii, ave símbolo de lago. Se comprobó por estudios histológicos que la rana se extinguió por intoxicación por el cobre, principal componente de los relaves que se eliminan al lago; el zambullidor, por desaparición de su principal alimento: el oriestas y la trucha por la acidez. La contaminación a inutilizado 80, 000 de terreno alrededor del lago. Se calcula que el lago de Junín se encuentra contaminado en cerca del 50%, los relaves y otras sustancias contaminantes están sedimentando. reduciendo su profundidad y generando su envejecimiento o eutrofización. Se ha estimado que dentro de 3 décadas se colmatará este lago.
El complejo metalúrgico de la Oroya ahonda la contaminación del río Mantaro, que ya nace contaminado del lago de Junín. Según el Programa de Adecuación del Medio Ambiente (PAMA), redactado por la misma empresa eliminan tóxicos líquidos por 40 efluentes al río y eliminan al aire: 1000 toneladas de bióxido de azufre, 2500 toneladas de plomo, 2500 toneladas de arsénico, 20 toneladas de cadmio y 20 toneladas de material particulado, en promedio por día, solamente por la chimenea más alta de 167.50 metros de altura, sin contar los contaminantes tóxicos que eliminan por las 94 chimeneas pequeñas y el incinerador industrial que tiene el complejo. Además el río Mantaro aumenta su contaminación en la Oroya por los relaves y otras sustancias tóxicas que le llegan por el río Yauli, que trae de las minas que están en las inmediaciones de la laguna de Huascacocha, que se halla también marcadamente contaminada. El Comercio dijo: que si se dejara de eliminar los relaves y otros agentes tóxicos, pasarían 500 años para la recuperación del ecosistema de la laguna Huascacocha.
Una investigación de la Asociación Interamericana de Defensa del Medio Ambiente demuestra que la calidad ambiental de la Oroya se ha deteriorado seriamente desde que el complejo de la Oroya paso a manos de Doe Run. Según informaciones proporcionadas por la propia empresa, las concentraciones de plomo se elevó en 1,163%, arsénico 606% y cadmio 1,990% Portugal y Cols.
Los Humos de Doe Run
El río Mantaro es una cloaca de las compañías mineras; es un río muerto 100% y profundamente contaminado, especialmente por metales pesados: cobre y cadmio 4 veces más de los permitido, plomo 13 veces más, hierro más de 30 veces y en ciertas épocas del año llega a más de 160 veces más de lo permitido. Con esta agua tremendamente contaminada se está irrigándose la zona agrícola del Valle. Investigadores noruegos y canadienses recomendaron no irrigar con esta agua sino previo tratamiento, para no contaminar los alimentos que produce y no depredar el suelo. En Oroya, Pilcomayo y Chupuro se halló plomo en el suelo: 3010, 2079 y 1160 ppm; respectivamente; lo máximo permitido es 230 ppm. Además el agua que consume Huancayo y el centro del Perú no es potable; está fehacientemente comprobado que está contaminado con heces.
Es preocupante que las compañías mineras y las autoridades de todos los niveles concientes del enorme riesgo que generan los contaminantes, a la salud, biodiversidad, ecosistemas y medio ambiente, no han dado prioridad, por lo menos cumplido sus PAMAs, que podrían haber atenuado más no eliminado la contaminación y lo que es aún más grave, las autoridades no les exigen. Más tarde que nunca será una realidad.
(Por Dr. Godofredo Arauzo, Eco Portal, 27/11/2008)