Europa liderará la tercera revolución industrial, la de las energías renovables". Así de rotundo se mostró el economista norteamericano Jeremy Rifkin durante la entrevista que mantuvo con el periodista Manuel Campo Vidal en la Tribuna del Agua. Rifkin presentaba su última obra, El agua y el futuro de las energías renovables. A pesar de ello, la entrevista discurrió por ese y otros muchos derroteros: el gasto energético o el liderazgo de Europa en el comercio. Incluso se llegó a abordar la forma en que las sociedades occidentales conciben el concepto de libertad.
El economista también se refirió al calentamiento global y a las causas que lo originan. Así, explicó que, en contra de lo que pueda parecer, la producción de los alimentos, y, en concreto, el mercado de la carne, es el segundo motivo que explica el efecto invernadero. "La producción cárnica genera un tercio de la de cereal. ¿Producimos grano para alimento animal o humano?", se preguntó Rifkin en un momento de la entrevista. A pesar de que, según el economista, Europa está cambiando su mentalidad, todavía queda mucho camino por recorrer: "La crisisobligará a incrementar el porcentaje a dos tercios, así que mucha menos gente podrá acceder a la comida".
El tratamiento de las energías fósiles abrió un nuevo capítulo en la entrevista. En este punto, el economista y escritor tendió la mano a otras naciones para que participen en el cambio medioambiental que, "por fuerza", tiene que suceder. "Europa puede marcar las normas, porque lidera el proceso, pero Estados Unidos, China e India no van a querer quedarse atrás", afirmó con seguridad. "La Unión Europea está dispuesta a abrir la puerta para la utilización de energías renovables. Para sus habitantes, el desarrollo sostenible es sinónimo de calidad de vida", explicó el economista. Un concepto entendido de manera diferente a Estados Unidos: "El mercado europeo aboga porque los frutos del bienestar se repartan. Eso hace que haya menos dinero per cápita, pero más políticas sociales".
En un momento de su alocución, Rifkin se refirió al concepto negativo de libertad que tienen sus compatriotas, una definición radicalmente distinta a la de Europa. "Nosotros somos como John Wayne, nos convertimos en una isla. Los europeos, por contra, tienen una visión más social, y, por tanto positiva. No tienen nada que ver con el llanero solitario. Deberíamos aprender de estos derechos y saber que se trabaja para vivir y no al revés", afirmó el economista.
Para finalizar, Rifkin quiso dejar constancia de la necesidad que existe de que los países cambien su política enérgetica. "Disponemos de poco tiempo y hay que buscar soluciones a la energía fósil. En los próximos años veremos cómo podemos sobrevivir".
(El periodico, Ecoticias, 02/09/2008)