Bolivia expresó ayer su "preocupación" a Brasil por el permiso "inconsulto" otorgado a la construcción de una segunda represa en el río Madera, en el Amazonas, proyecto rechazado por La Paz debido a eventuales impactos negativos que tendría en territorio boliviano.
El Gobierno brasileño aprobó la semana pasada el permiso medioambiental para erigir la central hidroeléctrica de San Antonio, último requisito que faltaba para el arranque de la construcción, a cargo de un consorcio formado por las empresas Odebrecht y Furnas.
"El Ministerio (...) manifiesta su profunda preocupación ante la concesión de la licencia (...) y su desconcierto por la falta de consideración a las preocupaciones manifestadas al canciller (brasileño, Celso) Amorim por al canciller (David) Choquehuanca", dice la carta enviada a Brasilia por la cancillería boliviana, divulgada ayer por ecologistas.
El año pasado Choquehuanca expresó en Brasilia preocupación a su colega brasileño Amorim por el proyecto de construcción de dos grandes represas en la cuenca del río Amazonas, indicando que son necesarios estudios técnicos para evitar impactos negativos. "Las represas ocasionarán inundaciones permanentes.
La represa que es básicamente una pared de 90 metros va a retener el agua y el agua retenida volverá hacia atrás y provocará las inundaciones", aseguró la coordinadora del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade), Lucy Chacolla. Organizaciones sociales bolivianas han llamado a un inmediato inicio de acciones legales contra Brasil en tribunales internacionales, basadas en el supuesto incumplimiento por parte del Gobierno brasileño de los deberes entre Estados sobre la utilización equitativa de la cuenca.
Brasil quiere construir dos represas sobre el Madera, que tendrían una potencia de 6.450 megavatios, para incrementar la generación en el país. El Madera recoge casi todas las aguas de la mitad norte de Bolivia y es uno de los mayores afluentes del Amazonas, el río más caudaloso del mundo.
(EP, Ecoticias, 25/08/2008)