En Uruguay, lo que desde hace meses era una amenaza, apenas comenzada esta semana se concretó. El lunes, entre las decisiones que tomó el Consejo de Ministros, estuvo el fin de la moratoria a la autorización de nuevos eventos transgénicos, que se había establecido por un período de 18 meses.
La noticia la dio en la conferencia de prensa posterior al Consejo el titular del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ernesto Agazzi, anunciando que se establecería una política de “coexistencia regulada en la utilización de organismos genéticamente modificados”, según informa el periódico uruguayo la diaria.
Esta decisión se toma sin establecer la discusión amplia y profunda sobre el tema que reclamaban varias voces del movimiento ambientalista, que previo a que se anunciara la “coexistencia” ya denunciaban que ésta no era otra cosa que la aprobación tácita de los transgénicos.
Por otra parte, el ministro señaló que se crearía una nueva estructura institucional -ya que se establecería un gabinete ministerial que estaría conformado por su cartera, y por los ministerios de Salud Pública, Economía y Finanzas, Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y Relaciones Exteriores- cuyo fin sería establecer las directivas para adoptar nuevos organismos genéticamente modificados, otorgar autorizaciones, monitorear la situación, y atender los requisitos del mercado mundial (que ha mostrado un amplio rechazo a los transgénicos).
Además, Agazzi afirmó que “en 15 días, dicho gabinete tiene que designar una Comisión de Riesgo, que además de asesorar, gestionará y va a monitorear las autorizaciones”, según cita el diario uruguayo El País. El ministro indicó que dicha comisión estará integrada por técnicos y científicos, y que al mismo tiempo, habrá un “Comité de Articulación Institucional, que conformarán el Laboratorio Tecnológico del Uruguay, la Universidad de la República y el Instituto Pasteur”. Agazzi señaló que la idea es que esta Comisión de Riesgo elabore una ley nacional de biotecnología, en el plazo de un año.
En tanto, según informa la diaria, el gobierno uruguayo habría decidido no obligar a las empresas a identificar sus productos como transgénicos en las etiquetas, aludiendo que no era posible realizar un control efectivo en esta materia.
(Radio Mundo Real, La Biodiversidad, 18/07/2008)