La pasada noche, tres jueces en Aomori, Japón, dictaron la liberación de Junichi Sato y Toru Suzuki, después de un intento del fiscal local de apelar la misma decisión que se hizo a primera hora del día. Sólo el 10% de las peticiones de fianza son exitosas en Japón. Los dos activistas se encontrarán hoy con sus familias. La fecha del juicio todavía no se conoce.
“Es un alivio que nuestros dos activistas hayan sido finalmente liberados. Aunque, la principal pregunta permanece sin responder: ¿por qué el Fiscal de Japón abandonó la investigación ante la evidencia de contrabando de carne de ballena por la tripulación que le fue presentada por Greenpeace?”, declara Juan López de Uralde, Director Ejecutivo de Greenpeace.
A principios de este año, tras la información facilitada por varios informantes del operador ballenero Kydoto Senpaku, Greenpeace siguió la operación de descarga de carne de ballena escondida entre los efectos personales de la tripulación del buque ballenero Nisshin Maru. Una de las cuatro cajas destinadas a una misma dirección fue interceptada y su contenido inspeccionado. Esta caja, contenía carne de ballena por un valor de 3.000 dólares aunque en su etiquetado se leía “contiene cartón”. La caja fue mostrada en rueda de prensa el 15 de mayo y después fue entregada al Fiscal del Distrito de Tokio, que repentinamente abandonó su investigación el día 10 de junio cuando los dos activistas fueron arrestados.
“Pedimos al Gobierno que retome su investigación sobre la corrupción de la flota ballenera”, declara Uralde. “Lo que Greenpeace ha descubierto expone claramente el gran escándalo japonés a costa del dinero público y una provocación clara a la normativa internacional relacionada con la supuesta “caza científica de ballenas”.
Desde que los dos activistas fueron arrestados, ha habido un creciente clamor sobre su detención. Más de 30 organizaciones no gubernamentales han firmado una declaración de preocupación.
El lunes, Amnistia Internacional mandó una carta muy dura al Primer Ministro de Japón demandando la liberación de Junichi y Toru. Casi medio millón de personas han mandado un mensaje al Gobierno japonés pidiendo la liberación de los detenidos y demandando que se retome la investigación sobre el escándalo de contrabando de ballena, seguida de 35 protestas frente a las embajadas y consulados de Japón en 31 países.
(Greenpeace, 16/07/2008)