Los campesinos del municipio de Tarazá, en el Bajo Cauca antioqueño, están preocupados porque desde hace un mes la policía antinarcóticos inició la aspersión aérea de los cultivos de hoja de coca que hay en esa subregión del departamento y de paso les fumigó sendos cultivos de alimentos.
"Dañaron plantaciones de maíz, arroz, yuca, plátano, cacao y mataron los peces de varios estanques", denunció un líder del corregimiento La Caucana, quien se mostró preocupado por la actitud de las autoridades, quienes en mayo pasado prometieron erradicar manualmente las plantas de hoja de coca y no recurrir a la fumigación aérea.
Consultado por la Agencia de Prensa IPC, el representante de los labriegos de La Caucana, quien solicitó la reserva de la fuente, expresó también su contrariedad porque en los acuerdos hechos con el Presidente de la República el pasado 3 de mayo, se había comprometido a fortalecer programas de sustitución de cultivos de uso ilícito por siembras de productos como yuca, caucho y cacao.
Tras un paro que comenzó el 20 de abril y terminó el 6 de mayo, los cerca de siete mil campesinos que se congregaron en el casco urbano pusieron fin a su protesta convencidos del apoyo estatal y regresaron a las parcelas con la moral alta, dispuestos a sustituir la hoja de coca por productos legales que no sólo contribuyeran a su alimentación diaria sino a su economía familiar.
"Así fue. Comenzaron a erradicar ellos mismos y a sembrar comida, pero apareció la avioneta y acabó con todo", reiteró la fuente consultada y denunció que durante las jornadas de erradicación manual se pudo constatar que se dejaron algunos sembradíos sin afectar, lo que a juicio del labriego es sospechoso, "pues yo creo que se dejaron como pretexto para fumigar".
"Con estas aspersiones los campesinos han comenzado a expresar su cansancio con el Gobierno y su falta de seriedad de los acuerdos", dijo el líder campesino, quien agregó que ya hay desánimo entre los pobladores rurales que tenían el propósito de erradicar la hoja de coca. Las zonas más afectadas están ubicadas en los corregimientos de La Caucana, El Doce y El Guaimaro.
Estimativos extraoficiales señalan que en Tarazá habría por lo menos 6.000 hectáreas sembradas con hoja de coca, el mayor centro de cultivo de Antioquia, y se dice en la localidad que sus 42 mil habitantes, de una u otra forma, tienen que ver con el negocio de la coca. Circunstancia que se ve agravada por la población flotante, en particular de los llamados raspachines, que provienen de distintas zonas del departamento, incluidos de algunos barrios populares de Medellín.
Otro representante campesino consultado, dirigente comunal del corregimiento El Guaimaro, aseveró, bajo reserva del nombre, que con sus propios ojos ha visto como la avioneta está fumigando potreros donde no hay palos de hoja de coca, sino cultivos de productos lícitos.
"He visto como, cerca del río Tarazá, han fumigado potreros sin hoja de coca, pero sembrados con productos legales. Eso es muy triste, nos están dejando sin comida", denunció el labriego, quien ha recorrido sendas veredas constatando los diversos daños en cultivos de maíz, arroz, yuca, ají y ñame.
"Con la erradicación manual quedan los cultivos ilícitos, pero qué pasa, que con la fumigación se afectan los cultivos lícitos y acaban con nuestros alimentos. Eso nos pone en una situación de hambre muy dura", afirmó este campesino.
A las fumigaciones que afectan los cultivos lícitos se le agregan los atrasos en los programas de sustitución de la hoja de coca, acordados con el Gobierno nacional el 3 de mayo pasado.
"Imagínese que hay un programa de seguridad alimentaria en marcha, ya nos censaron en las veredas y nos tenían que dar semillas para empezar a sembrar productos alimenticios, pero ahora resulta que no nos las dan hasta que dejen de fumigar. ¿Qué vamos a hacer entonces?, ¿qué vamos a comer?", se preguntó.
Edgar Muñoz, director de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (Umata) de Tarazá, confirmó que, desde hace un mes, varios campesinos de los distintos corregimientos de la localidad se han acercado a su oficina a denunciar los daños que ha producido la aspersión aérea contra la hoja de coca.
"La Alcaldía ha solicitado que detengan las fumigaciones. Hemos tramitado las denuncias ante la Gobernación de Antioquia, la Procuraduría General de la Nación. Aquí se han hecho unos compromisos, la gente quiere erradicar, pero que no le afecten los cultivos de alimentos", sostuvo el funcionario.
Desde el Concejo municipal también se han hecho gestiones ante las administraciones municipal y departamental, así como ante la Presidencia de la República y la Policía Nacional, para evitar que continúe la fumigación aérea, pero tampoco los han escuchado. "Nadie nos responde y eso ya es preocupante", dijo el concejal Óscar Sánchez
Si bien no hay nada confirmado, en la localidad se vienen escuchando rumores de un nuevo paro campesino; sin embargo, las fuentes consultadas admitieron que no quieren más paros, sólo que el Gobierno cumpla. "Estamos decididos a no ir a otra protesta, eso solo nos trae golpes de la policía y hambre. Queremos que el Gobierno nos escuche, que cumpla con los compromisos", afirmó el líder campesino de El Guaimaro.
(Instituto Popular de Capacitación, La Biodiversidad, 14/07/2008)