Esta vez todos coinciden, las reservas de oro negro se acaban, su precio esta por la nubes y sigue subiendo. Reducir la contaminación del planeta y el cambio climático parece imposible y las alternativas no están funcionando. Los científicos de todo el mundo contratados por empresas con visión de futuro trabajan sin descanso en busca del nuevo combustible que mueva el mundo.
Los biodiesel
Los biocarburantes se las prometían como la panacea a todos los problemas medioambientales y a la solución perfecta para superar con éxito la falta de petróleo en el mundo. Pero la crisis alimentaría que han provocado ha hecho que muchos se planteen si es lógico que millones de personas mueran de hambre para que los coches sigan funcionando.
Un estudio científico realizado por investigadores de la Universidad de Minesota, en Estados Unidos, concluye que la eliminación de terreno virgen para convertirlo en cultivos para la producción de biocombustibles provoca unas emisiones de gases de efecto invernadero que superan hasta en 420 veces el ahorro derivado de utilizarlos.
En el estudio, cuyas conclusiones se presentan en el último número de la revista Science, los autores señalan que "la conversión de selvas tropicales, turberas, sabanas o praderas en terrenos destinados a la producción de biocombustibles a partir de cultivos comestibles", como la soja, el maíz, el trigo y otros, crea una "deuda de carbono" al emitirse entre 17 y 420 veces más gases de efecto invernadero que los que se consiguen reducir en su combustión.
Biocarburantes de segunda generación
Singapur ha decido invertir en la investigación y desarrollo de los llamados biocarburantes de segunda generación, es decir los conseguidos gracias a los residuos agrícolas y forestales. Una iniciativa a la que se ha sumado también Brasil. Todavía no se han comercializado, pero Singapur tiene como objetivo convertirse en el principal centro mundial en la fabricación y comercialización de energías auténticamente limpias, respetuosas con el medio ambiente y con la humanidad.
Los nuevos biocarburantes llamados de segunda generación se elaboran a través de productos como la celulosa, la jatrofa y los residuos forestales. No utilizan por tanto ingredientes comestibles en su producción y consiguen reducir las emisiones de CO2 por encima del 90 por ciento.
Energías limpias
Otra de las alternativas, de las que se habla mucho en nuestro país es las energías limpias no contaminantes como la energía solar y la energía eólica.
La energía solar está al menos garantizada para los próximos 6000 millones de años. España, por su privilegiada situación y climatología, se ve particularmente favorecida respecto al resto de los países de Europa, ya que sobre cada metro cuadrado de su suelo inciden al año unos 1.500 kilovatios-hora de energía, cifra similar a la de muchas regiones de América Central y del Sur. Esta energía puede aprovecharse directamente, o bien ser convertida en otras formas útiles como, por ejemplo, en electricidad.
Pero también presenta problemas, todavía no se ha dado con la forma perfecta para su acumulación y almacenamiento. Así, por ejemplo, la radiación solar es menor en invierno, precisamente cuando más la necesitaríamos. La energía eólica o el aprovechamiento por el hombre de la energía del viento. Antiguamente se utilizó para propulsar naves marinas y mover molinos de grano. Hoy se emplea sobre todo para generar energía limpia y segura.
La energía eólica presenta ventajas frente a otras fuentes energéticas convencionales Procede indirectamente del sol que calienta el aire y ocasiona el viento, se renueva de forma continua, es inagotable y limpia. No contamina y existe en todo el mundo. Cada vez es más barata a medida que avanzan sus progresos tecnológicos. Aunque en nuestro país se está extendiendo su uso todavía quedan muchas investigaciones para que realmente pueda convertirse en una alternativa mundial a los problemas energéticos.
Petróleo de bacteria
En el intento desesperado por encontrar otras opciones. Un grupo de científicos de Silicon Valley han modificado genéticamente una bacteria para que sus excrementos sean, literalmente, petróleo crudo. Este tipo de experimentos están suscitando mucha expectación, ya que en un futuro podríamos rellenar nuestros depósitos con estos microorganismos para que fuesen "creando" este petróleo renovable.
Algunos ya lo han bautizado como "Petróleo 2.0", y según afirman los investigadores no sólo será renovable, sino carbono negativo, es decir que el carbono que emite será menos que aquel que absorben naturalmente los materiales con que se fabrica.
Estas bacterias son organismos unicelulares que miden una millonésima parte del tamaño de una hormiga. Comienzan como cepas patógenas de E. coli, pero posteriormente se modifican genéticamente rediseñando su ADN, a través de un proceso de semanas que puede costar hasta 20 mil dólares.
Gas metano
Las últimas investigaciones nos llevan al mar, donde los científicos han encontrado grandes reservas de gas metano que duplicarían la energía de todos los combustibles fósiles. Siete potencias mundiales buscan en el fondo de los océanos este posible sustituto del petróleo. Son hidratos de gas y están repartidos por todos los océanos del mundo En España existen en el Golfo de Cádiz y en el Mar de Alboran.
Pero aunque dieran con la panacea del gas metano marino, la contaminación que provoca al medio ambiente supera con creces a la del dióxido de carbono.
(Ecodiario, ECOticias, 09/07/2008)