El cultivo de maíz transgénico "está haciendo desaparecer" el sembrado ecológico de este cereal, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en el que se analiza la situación de Cataluña y Aragón, principales productoras europeas de alimentos modificados genéticamente. El trabajo, realizado por Rosa Binimelis, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la UAB, concluye que la coexistencia de los cultivos transgénicos y biológicos es "prácticamente imposible", según informa la universidad en un comunicado.
En Cataluña y Aragón había el pasado año 23.000 y 35.900 hectáreas, respectivamente, de maíz transgénico, lo que suponía el 55 y el 42 por ciento del total sembrado con este cereal. El maíz en cuestión era el denominado Bt, diseñado para ser resistente al ataque de la zeuzera, una de las plagas más dañinas, y prácticamente toda la producción estaba destinada a la fabricación de piensos.
Por su parte, entre 2004 y 2007, la superficie cultivada con maíz ecológico disminuyó un 75 por ciento en Aragón y alrededor del 5 por ciento entre 2002 y 2005 en Cataluña. En el caso de la comunidad catalana el porcentaje es menor, debido a que sólo se tienen datos de los primeros años de análisis, cuando el cultivo de maíz genéticamente modificado no estaba tan extendido como en la actualidad.
En cualquier caso, el análisis de la investigadora sobre cómo se percibe e implementa la coexistencia entre estos cultivos y los convencionales evidencia la fuerte confrontación social existente entre los partidarios y los detractores en cuanto a las consecuencias que pueda tener la biotecnología agrícola. Esta división se mantiene también a la hora de definir las medidas técnicas que puedan garantizar su coexistencia.
En este contexto, el estudio concluye que el concepto de coexistencia y las diferentes propuestas para su implantación no sólo no han resuelto los conflictos previos existentes, sino que han generado nuevos. Por ahora, el resultado ha sido la promoción de la agricultura biotecnológica y, por tanto, de los transgénicos, por encima de otras alternativas.
(Efe, Ecotícias, 26/06/2008)