Greenpeace ha presentado hoy en su web la Lista Roja de las especies pesqueras más amenazadas; algunas de ellas son muy habituales en los mercados españoles como el atún o el bacalao. La iniciativa forma parte de un proyecto internacional en el que Greenpeace solicita a los distribuidores y a la industria pesquera de diferentes países que dejen de comercializar productos pesqueros obtenidos con métodos insostenibles.
“Los grandes distribuidores y la industria pesquera pueden y deben ir hacia políticas de compra sostenibles y dejar de proveerse de especies de esta lista roja”, ha declarado Paloma Colmenarejo, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, quien añade que “el listado es una herramienta fácil y eficiente tanto para consumidores como para la industria y todos los sectores interesados en garantizar el futuro de la pesca”.
Greenpeace, junto a varios científicos, ha desarrollado una metodología para evaluar el estado de explotación de la mayoría de las pesquerías y de los métodos empleados en la pesca o en la producción de especies pesqueras, considerando también los sistemas de pesca destructivos. Algunas de las especies en la lista roja pueden provenir de stocks que aún no están agotados o haber sido capturadas con métodos sostenibles. Para que no se produzcan confusiones, Greenpeace reclama a los distribuidores que especifiquen claramente el origen y la sostenibilidad de todos los productos pesqueros que llegan a los mercados.
“El atún rojo, el patudo, el rabil y el atún blanco o bonito del Norte están en rojo”, continua Paloma Colmenarejo. “Desde Greenpeace pedimos que se deje de pescar y comerciar estas especies y todas las que están en rojo hasta que los stocks se hayan recuperado a niveles sostenibles. Si las empresas no consideran que su productos pesqueros deberían estar en esta lista, Greenpeace les invita a utilizar esta metodología y evaluar la situación específica para sus productos o granjas acuícolas”.
La organización ecologista pide la declaración de una red global de reservas marinas que abarque el 40% de los océanos como esencial para protegerlos de los impactos del cambio climático, recuperar la salud de los stocks pesqueros y proteger la vida marina de la destrucción y el colapso.
Notas
Cinco criterios para un consumo responsable de pescado:
-Come menos pescado: Los océanos no pueden soportar el continuo aumento de consumo.
-Rechaza los inmaduros: No los consumas y denuncia su venta al Servicio de Protección de la Naturaleza (900 101 062).
-Mejor el más cercano: Piensa en el gasto energético que supone el transporte y en el impacto sobre las poblaciones locales que pierden acceso a sus recursos.
-La pesca selectiva es más sostenible: Mejor consumir especies capturadas con anzuelos y redes artesanales que con redes industriales, en las que apenas hay selección de lo que se captura.
-La acuicultura no es la solución a la crisis de los océanos: La mayoría de las especies criadas o engordadas en granjas necesitan de otros peces para alimentarse. Consume solamente especies herbívoras y marisco obtenidos de forma sostenible.
La metodología para determinar estas especies pesqueras en rojo tiene en cuenta:
Las especies con una tasa de crecimiento y capacidad reproductiva, que les hace vulnerables a la sobreexplotación;
Las especies que provienen de stocks con sobrepesca o agotados; o que están siendo capturadas a un ritmo tan intenso que pronto estarán clasificadas como sobreexplotadas;
Los métodos de pesca utilizados son muy destructivos tanto para otras especies como para los hábitats marinos.
La metodología para determinar estas especies pesqueras en rojo provenientes de acuicultura tiene en cuenta:
Dependencia en reponer con huevos o juveniles salvajes de las especies en nuestra lista;
Relación con escapes de un alto número de especies no autóctonas de la zona;
Alimentación que requiere más de 3 kilos de pescado salvaje, capturado específicamente para hacer harina y aceite de pescado para conseguir un kilo de pescado de granja;
Relación con el aumento de enfermedades en las poblaciones salvajes en las cercanías de las granjas.
(Greenpeace, 17/06/2008)