El año pasado, en el mes de diciembre, se efectuó en Bali la 13° Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la cual de nuevo se antepusieron los intereses económicos de los países industrializados -en especial los de EEUU, país que nunca adhirió al Protocolo de Kyoto- versus la posición de los países más afectados, los que suelen ser al mismo tiempo los más pobres del planeta. Una vez más, los EEUU fueron los encargados de ser la piedra en el zapato y se dedicaron a sabotear cualquier posibilidad de acuerdo, hasta que finalmente se rompió el bloqueo impuesto en la reunión, dando lugar a una hoja de ruta para tratar de crear un nuevo convenio que logre suplantar al moribundo Protocolo de Kyoto.
Diferentes organizaciones ambientalistas y pueblos indígenas se instalaron en la denominada “Aldea de la Solidaridad para un Planeta sin Calentamiento”, organizada por una amplia coalición de movimientos sociales y organizaciones civiles de Indonesia y otras internacionales, las que afuera de las reuniones oficiales entablaron enérgicas protestas en contra de la visión mercantilista con que se está manejando la problemática del calentamiento global.
En el curso de los últimos dos años, el Banco Mundial ha creado una serie de iniciativas destinadas a ganar el control del “mercado” con la financiación de nuevas actividades vinculadas al cambio climático. Actualmente, en la cartera del Banco Mundial, está el Fondo de Inversiones Dedicadas al Clima denominado Climate Investment Fund, el Ffondo para Transformaciones Encaminadas al Desarrollo Sustentable denominado Transformation Fund for Sustainable Development y el Fondo para Reducir las Emisiones de Carbono Mediante la Protección de los Bosques denominado el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF por su sigla en inglés) –entre varios otros más.
En Bali el Forest Peoples Programme (Programa de los Pueblos de la Foresta) hizo público un documento sobre el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF), una herramienta que menoscaba los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras y recursos (1).
El Instituto de Estudios Políticos (Institute for Policy) ha efectuado un concienzudo análisis (2) sobre la forma como el Banco Mundial ha maniobrado para lograr el control de un fondo de más de dos mil millones de dólares destinados a promover los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y la Reducción de las Emisiones Derivadas de la Deforestación y Degradación Forestal (REDD), estrategias que han recibido severas critica de parte de los pueblos indígenas del planeta, que ven estas iniciativas como una forma más de usurpación de sus territorios y destrucción de los recursos.
Es inconcebible que con el desastroso historial de destrucción y contaminación de parte de los proyectos financiados por el Banco Mundial, éste ahora usurpe el control de los fondos destinados a la respuesta urgente que requiere el planeta al desatino cometido en nombre de un desarrollo fundamentado en el uso y abuso de combustibles fósiles. Sólo basta recordar el ignominioso Proyecto Forestal de República Democrática del Congo, el que el mismo Panel de Inspección del Banco ha señalado como un promotor de la deforestación y la destrucción de los pueblos Pigmeos que habitan en la segunda foresta tropical más grande del planeta. Al mismo tiempo que el banco habla de reducir el calentamiento global, financia una planta de carbón de 4000 megas para la corporación el TATA, en el Estado de Gujara.
Existen ejemplos aberrantes de lo que los organismos financieros presentan como ejemplos de Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL): el caso del proyecto eólico Jeripachi, localizado en el territorio wayuu en Colombia, en el que fenecieron más de doscientos indígenas asesinados por paramilitares para lograr la remoción de la población local y así de esta forma inversionistas españoles pudieran proceder a la instalación de la inmensa granja de viento. Hoy en día hay quienes son capaces de presentar la tragedia de los wayuu como un éxito de los MDL.
La mayoría de los foros han ignorado, de forma sistemática, las posiciones de los pueblos indígenas y comunidades locales. En Bali los pueblos Navajo y Mohawk y otros más, protestaron frente a la sede de la reunión, señalando la exclusión de los pueblos indígenas en las negociaciones relacionadas con el cambio climático. De igual forma, los indígenas abandonaron la segunda Reunión del Grupo Especial de Composición Abierta sobre el Programa de Trabajo de Áreas Protegidas (APs) del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), en las instalaciones de la FAO. Los representantes indígenas se retiraron del proceso del grupo de trabajo en protesta a la exclusión de los pueblos.
Los MLD Y REDD se han convertido en formas subrepticias de desalojo de muchos de los pueblos que habitan la foresta. En medio de la vertiginosa sucesión de foros y encuentros relacionados con el calentamiento global, las voces de los pueblos indígenas han sido calladas, a excepción del coro de ONGs manipuladas por los organismos financieros y lo estados que suelen prestarse a las distorsiones de las "buenas intenciones" que acompañan a la comunidad internacional en el manejo de las crisis que padecemos como resultado de un capitalismo desmesurado.
La mercantilización de la crisis del calentamiento global ha llegado a la demencia. La geoingeniería ofrece oportunidades económicas para aquellos que juegan a la ciencia ficción: la compañía Planktos Inc. ofrece el servicio de fertilizar el océano con partículas de hierro y así incrementar la presencia de fitoplancton con el supuesto propósito de capturar carbono por este medio y cobrar su cuota de dinero en el marco del MDL. Otra compañía, la a empresa australiana Ocean Nourishment Corporation (ONC) se proponía verter 500 toneladas de urea al mar de Sulu, cerca de Filipinas, pero debió cambiar sus planes luego de la oposición del gobierno Filipino, debido a la denuncia de varias organizaciones por los impactos sobre los pescadores artesanales y el ambiente marino.
En San Pedro Sula, Honduras, en este momento se está dando una cumbre presidencial sobre cambio climático. Al mismo tiempo Honduras y Guatemala planean comenzar con la construcción de plantas de energía térmica, a base de carbón. Hasta el momento los Estado Centroamericanos no han difundido estrategia alguna sobre la mitigación y adaptación al calentamiento global. De existir dichas estrategias sólo son del conocimiento de algunos funcionarios y quizás de las ONGs cercanos a las élites de poder. Mientras tanto, la gran mayoría de la población se encuentra desinformada y desprotegida a la espera de las calamidades que periódicamente castigan al istmo
Para los estados nación en Centroamérica, los desastres siempre han sido de su beneficio. Desde el enriquecimiento ilícito alrededor de los fondos destinado a la ayuda de los damnificados, hasta la justificación para los altos niveles de pobreza que padecemos. Los señores de la pobreza - léase cooperación - suelen invertir más en la ayuda de emergencia - la cual tiene más impacto con los medios de comunicación - que recurrir a la prevención.
Hoy más que nunca los pueblos indígenas (mayas, garifunas, miskitos, bri bris, cabecares, bugles y kunas) los cuales habitamos el caribe mesoamericano nos encontramos en la encrucijada del desastre. La mayoría de los cauces de los ríos se encuentran sedimentados, los humedales han perdido casi por completo los manglares y la erosión costera viene devorando las playas. Pero hasta la fecha carecemos de estrategias destinadas a la adaptación y mitigación del cambio climático.
Estamos en un momento definitivo. En caso de tomar las decisiones incorrectas el costo humano será definitivamente alto; mientras tanto los futuros desplazados ambientales comenzarán su éxodo y de persistir en un visión mercantilista acerca del cambio climático, medidas correctivas necesarias sucumbirán en aras de la ambición y enriquecimiento de unos pocos.
(Por Mirian Miranda, La Biodiversidad, 02/06/2008)