El portavoz de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) Rafael Hernández y el de la Coordinadora Campesina Europea (CPE) René Louail defendieron hoy en Bruselas una política agrícola más "solidaria", "social" y "respetuosa con la biodiversidad" para hacer frente a la crisis alimentaria desatada a nivel mundial.
El auge de los biocombustibles no es el único responsable de esta crisis, a juicio de los campesinos europeos que añaden otras causas como la especulación con las materias primas agrícolas, los métodos de producción dañinos para el medio ambiente, las importaciones masivas y la entrada de organismos genéticamente modificados (ODM).
Solo mediante agriculturas "campesinas y sociales" y "prácticas agrícolas no agresivas" se podrá contribuir a la alimentación de la población mundial, según afirmó en rueda de prensa Louail, quien abogó por invertir la tendencia actual de desregularización de los mercados porque dificulta a los más vulnerables el acceso a los alimentos. "Si la agricultura se desarrolla de manera correcta, podrá alimentar a doce millones de habitantes", insistió. En la misma línea se pronunció Hernández al denunciar que "dejar que el liberalismo avance y campe a sus anchas" trae como consecuencia que la gestión de los stocks "pasen a manos privadas".
La especulación que afecta a las materias primas agrícolas, "como consecuencia de la crisis de otros sectores como el inmobiliario", ha contribuido igualmente a "generar una tendencia artificial en el alza de los alimentos", explicó. El representante de la COAG también criticó "decisiones tomadas últimamente en relación con la Política Agraria Común (PAC)" y que parte de la producción agrícola "no esté orientada a la producción de alimentos", sino de agrocombustibles.
Hernández también hizo referencia al fenómeno de la "gran distribución en Europa" para explicar que el margen medio de los productos agrícolas y ganaderos sin transformación, es decir, la distancia entre el precio que recibe el agricultor y el precio de destino, se sitúa en un 420%, según un reciente estudio de COAG.
En el caso de España, añadió, un agricultor recibe 1,36 euros por kilo de carne de cerdo, mientras que el precio que paga el consumidor final por ese producto es de 5,86 euros. "Es una situación insostenible", subrayó, que provoca que los agricultores "se arruinen y abandonen las explotaciones" y, además, a los consumidores europeos "cada vez les cuesta más (dinero) comer".
El portavoz de CPE alertó de que "cada año perdemos 50 millones de campesinos en el mundo" y aseguró que, en el caso de Europa, "no se puede luchar contra la plaga del hambre si mañana no existe una agricultura (que cuente) con un gran número de campesinos en el territorio". Por ello, Louail dijo que "necesitamos agriculturas coherentes y accesibles a los jóvenes" y abandonar los sistemas "más intensivos" que sustituyen el capital humano con maquinaria y utilización de pesticidas.
Según el representante de los campesinos europeos, las políticas agrícolas de los últimos decenios "han contribuido a debilitar a las poblaciones del sur" que sufren un acceso "limitado" a los "recursos esenciales del planeta, como son los alimentos, el agua y la tierra". En este sentido, apuntó como soluciones que se creen instrumentos del mercado "suficientemente fiables" y que cuenten con "medios públicos que eviten que eviten que sean los especuladores quienes controlan el mercado".
Además, afirmó que es necesaria una política que sea "solidaria con otros países del mundo" frente a la "importación masiva" que se produce ahora. Louail defendió la "soberanía alimentaria de los pueblos", que deben "tener derechos para proteger su tipo de alimentación", y rechazó que sea "abriendo fronteras y liberalizándolo todo como se protege" a las poblaciones más vulnerables.
(Ecotícias, 08/05/2008)