La organización ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) calcula que la pesca ilegal en todo el mundo origina al año unas pérdidas económicas por valor de 10.000 millones de euros. En una rueda de prensa en Hamburgo, la experta portavoz de la organización Catherine Zucco presentó hoy un estudio en el que se denuncian las prácticas "criminales" de una "mafia" que está poniendo en peligro el futuro de la pesca mundial del pescado blanco.
Zucco mostró su preocupación por que estos "piratas" del mar estén "saqueando" las existencias del abadejo y del bacalao en las aguas del Ártico e indicó que, sólo para la industria pesquera alemana, su venta en el mercado negro conlleva unas pérdidas por encima de los 100 millones de euros.
"Lo mismo si se trata de un filete de pescado congelado en Berlín o del 'fish and chips' londinense, es probable que el cliente esté apoyando involuntariamente al mercado negro", señaló Zucco, para inmediatamente después aconsejar que el consumidor reclame siempre el sello azul del Consejo Administrador de la Marina, que según dijo, "cierra las puertas" al pillaje ilegal.
A decir de los datos del Gobierno noruego, en el 2005 se capturaron sólo en el mar de Barent 100.000 toneladas de bacalao por valor de 225 millones de euros a través de estas prácticas ilícitas. Gracias a la resuelta actuación de la industria, autoridades locales y organizaciones ecologistas, aseguró Zucco, la captura ilegal del bacalao se ha podido reducir en un 50 por ciento, aunque añadió que el problema "sigue estando ahí".
En el mar de Ochotsk, en la costa este de Rusia, se saquean al año 45 millones de euros con la captura no autorizada del abadejo, una cifra que para el conjunto de la región asciende hasta los 210 millones de euros, según informó la organización. El director para programas en el Ártico del WWF, Neil Hamilton, señaló que esas prácticas constituyen "un grave delito internacional" y denunció que las redes de "piratas" se extienden por Europa y Asia hasta África y América.
Hamilton destacó que en su mayoría se trata de barcos pertenecientes a flotas pesqueras cuya actividad está autorizada, pero que, al mismo tiempo, se dedican a la pesca ilegal, y apuntó a los propietarios de los barcos como los "mayores lucrados" de esa actividad. Por eso, pidió a las autoridades que "observen con lupa los torrentes de dinero de la industria pesquera y evalúen el lucro de estos sucios negocios".
Además, hizo un llamamiento a que todos los países miembros de la Unión Europea sigan las recomendaciones de la Comisión en la lucha contra la pesca furtiva, ya que, según denunció, todavía no lo están haciendo todos. "La mafia pesquera tiene que desaparecer de una vez por todas", subrayó Hamilton, quien indicó que tanto los comerciantes como la industria transformadora deben tomar cartas en el asunto.
(Ecoticias, 16/04/2008)