Las nuevas reglas con las que el Gobierno de Canadá ha pretendido "humanizar" la caza anual de focas no han evitado ni las habituales quejas de los activistas ni que se hayan colgado ya impactantes vídeos en la red donde se observa a crías apaleadas hasta la muerte. Desde el pasado viernes, Canadá ha abierto oficialmente la caza de focas con una cuota máxima de 275.000 ejemplares, que podrán cazarse hasta mediados de abril.
La cifra es similar a la de pasadas campañas -5.000 más que en 2007- pero la novedad reside en que, ahora, los cazadores han de asegurarse de que la foca está muerta antes de comenzar a despellejarla. Pero las asociaciones conservacionistas no consideran que la medida suponga ninguna mejora, ya que se reconoce que se han despellejado focas vivas en el pasado y, además, la técnica de caza continúa siendo fundamentalmente la misma.
La diferencia es que ahora habrá que cortar las arterias a los animales para asegurarse de que no están vivos, antes de proceder a retirar sus preciadas pieles. Para organizaciones como el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), "las así llamadas 'nuevas' regulaciones no provocarán cambios reales en el modo en que son cazasas las focas. Sencillamente piden que se las desangre llegados a cierto punto", según argumenta la asociación en un comunicado.
Por su parte, las autoridades de Canadá señalan que la población de focas ha aumentado desde que ellas gestionan su hábitat, mientras que los habitantes de la región aseguran que necesitan los ingresos extras provenientes de esta actividad para compensar la escasez de peces, especialmente de bacalao. En países como Estados Unidos, Bélgica y Holanda no está permitido comerciar con productos hechos con pieles de foca, y en toda la Unión Europea se prohíbe la venta de pieles de focas jóvenes.
(El Mundo, 01/04/2008)