La organización ambientalista REDES-Amigos de la Tierra Uruguay difundió este jueves un comunicado en el que señala que la ubicación de Uruguay como noveno productor mundial de transgénicos, con poco más de 500 000 hectáreas sembradas el último año, ratifica que las plantaciones de organismos genéticamente modificados son muy resistidas a nivel mundial. “De hecho, son 23 países los que plantan transgénicos en la actualidad, de un total de 238 Estados existentes en el mundo”, señala REDES.
No obstante, la organización ambientalista se lamenta en el documento de que Uruguay lidere la producción de transgénicos y alerta sobre los riesgos ambientales y sociales, y la amenaza a la soberanía alimentaria, que generan las más de 500 000 hectáreas existentes en el país con esos cultivos, producidos por grandes corporaciones transnacionales.
REDES destaca que no se ha demostrado seriamente que los cultivos transgénicos no contaminan el medio ambiente ni afectan la salud humana y agrega que algunas variedades han sido prohibidas en varios países europeos.
La organización Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas, a la que REDES señala como directamente vinculada a la industria biotecnológica, publicó un informe en el que ubicó a Uruguay como noveno productor mundial de transgénicos, con algo más de 500 000 hectáreas cultivadas.
El estudio asegura que el área global plantada con transgénicos creció más de 12 millones de hectáreas en 2007, lo que supuso un incremento de 12 por ciento con respecto a lo producido en 2006. En total el área mundial de cultivos transgénicos alcanzó el año pasado los 114 millones de hectáreas, agrega.
No obstante, REDES señala que los cultivos plantados son muy pocos, entre los cuales se destacan la soja, el maíz y el algodón. La organización uruguaya agrega además que diversas entidades ambientalistas a nivel mundial, entre ellas Amigos de la Tierra Internacional, siempre han cuestionado los informes del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas, al que acusan de “inflar” los números.
Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, India, China, Paraguay, Sudáfrica, Uruguay y Filipinas son los diez mayores productores de transgénicos en el mundo. Detrás de Uruguay aparecen, entre otros, Australia, España, Francia y Alemania. “Nueva Zelandia, que tantas veces nuestros gobiernos han citado como referencia en la producción agroganadera, no planta transgénicos, según consigna el propio Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas”, señala el comunicado de REDES.
Uruguay tiene unas 450 000 hectáreas producidas con soja transgénica y algo más de 50 000 con maíz genéticamente modificado. El trío de transgénicos que se pueden producir y comercializar en Uruguay lo conforman la soja RR, el maíz Mon 810 y el maíz Bt 11.
La soja RR es una variedad modificada genéticamente con el propósito de hacerla resistente al herbicida glifosato. Es producida por la transnacional de origen estadounidense Monsanto, la mayor productora de semillas transgénicas del mundo. Casi el 100 por ciento de la soja producida en Uruguay es transgénica. En tanto, el maíz Mon 810, también producido por Monsanto, tiene una modificación genética que lo torna resistente a los ataques de insectos plaga. Por su parte, el Bt 11 es resistente también a algunos insectos plaga y la empresa que lo produce es la suiza Syngenta, otra de las grandes transnacionales de los transgénicos.
Una comisión interministerial del gobierno uruguayo quedó encargada el año pasado de la elaboración de una normativa de bioseguridad para el país. REDES-Amigos de la Tierra Uruguay, la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay (APODU) y la sede en el país de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAPAL) presentaron a esa comisión estudios y documentos que señalan los efectos negativos de la producción transgénica en varias partes del mundo. “Los grupos esperan que el gobierno tome en cuenta debidamente la evidencia internacional de las consecuencias ambientales y sociales de los transgénicos”, afirma el documento difundido por REDES.
En tanto, el informe “El uso creciente de plaguicidas”, publicado el 13 de febrero por Amigos de la Tierra Internacional, expuso que la implantación de cultivos transgénicos provocó un aumento del uso de agrotóxicos en los países en que más se los ha producido. Agregó que esos cultivos no sirven para combatir el hambre y la pobreza y que no tienen mayor productividad que las variedades convencionales. Además, la utilización de transgénicos ha conducido al desplazamiento de los pequeños agricultores y a una mayor concentración de la tierra en pocas manos, aseguran los ambientalistas.
(Radio mundo real,
Eco Portal, 25/02/2008)