Los cultivos modificados genéticamente (OMG o transgénicos) han provocado un incremento masivo en el uso de pesticidas y están fracasando a la hora de incrementar los rendimientos agrícolas o afrontar los problemas de hambre y pobreza en el mundo, según un nuevo informe de Amigos de la Tierra publicado hoy. El informe coincide con el lanzamiento anual de los datos de la industria de los transgénicos sobre el cultivo de OMG a nivel mundial.
David Sánchez, responsable de agricultura de Amigos de la Tierra afirmó: “Los cultivos transgénicos han fracasado al no aportar los grandes beneficios prometidos. En su lugar, nos encontramos que el incremento en el uso de pesticidas provocado por estos cultivos suponen una amenaza para el medio ambiente y la población a escala global.”
El coordinador de la campaña de transgénicos de Amigos de la Tierra Internacional en Nigeria, Nnimmo Bassey aseguró: “La industria de los OMG nos dice a los africanos que necesitamos cultivos transgénicos para afrontar las necesidades alimenticias de nuestra población. Pero la mayoría de los cultivos transgénicos se utilizan para alimentación animal en los países ricos, para la producción de agrocombustibles y ni tan siquiera son más productivos que los cultivos convencionales.”
Helen Holder, coordinadora de la campaña de transgénicos en Amigos de la Tierra Europa añadió: “Ahora está más claro que nunca que la Unión Europea hace bien en abordar los cultivos transgénicos con precaución. Los OMG no son la solución a los urgentes problemas ambientales y desafíos económicos a los que se enfrentan los agricultores europeos y de los países empobrecidos. Cada vez hay más evidencias de que en todo el mundo los métodos agrícolas más sostenibles proporcionan soluciones reales, al tiempo que desarrollan las economías locales y crean empleo en el medio rural.”
El informe de Amigos de la Tierra Internacional “¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos?” del 2008 muestra que:
La introducción de los cultivos transgénicos ha provocado un aumento significativo en el uso de pesticidas.
Estudios del Gobierno de EE.UU. muestran un uso 15 veces superior del herbicida RoundUp (glifosato) entre 1994 y 2005 y otro del Gobierno de Brasil, un aumento de casi un 80% entre 2000 y 2004. Esto tiene como resultado un número cada vez mayor de hierbas adventicias (o malas hierbas) resistentes al glifosato en todo el mundo, lo que provoca un incremento en los costes de producción de los campesinos y graves impactos ambientales.
Los cultivos transgénicos no solucionan los problemas de hambre o pobreza
La gran mayoría de los cultivos transgénicos comercializados hasta la fecha se destinan a alimentación animal para la producción de carne en los países ricos, y no para alimentar a la población empobrecida. Los cultivos transgénicos, como parte del modelo agrícola intensivo, contribuyen a la pérdida del medio de vida de los pequeños campesinos y no alivian los problemas de pobreza.
Las multinacionales reclaman que el algodón transgénico ha supuesto un gran impulso para los rendimientos del algodón, contribuyendo a aliviar la pobreza entre los campesinos. Sin embargo, estos incrementos en el rendimiento se deben a las condiciones climáticas favorables, la introducción de regadío y la compra de semillas mejoradas que no están modificadas genéticamente. Además, en bastantes países, los campesinos que pagaron el coste adicional de las semillas transgénicas terminaron gastando el mismo dinero en insecticidas químicos que los campesinos que habían plantado algodón convencional.
En general, los cultivos transgénicos no tienen mayores rendimientos que otros cultivos. Incluso el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) reconoce que ninguno de los transgénicos actualmente en el mercado ha sido modificado para incrementar los rendimientos. El principal cultivo transgénico a nivel mundial, la soja resistente a herbicidas de Monsanto, no produce mayores rendimientos, y hay estudios que afirman que producen entre un 5 y un 10% menos que las variedades convencionales.
Los transgénicos siguen fracasando en EuropaMenos del 2% de la superficie total de maíz cultivada en la UE está modificado genéticamente y cinco países han prohibido ya este maíz de Monsanto por las cada vez mayores evidencias sobre su impacto ambiental. Francia, el país con un mayor aumento de superficie cultivada con maíz transgénico en 2007 acaba de prohibir su cultivo. Esto deja a España prácticamente sola en su apuesta por un cultivo transgénico que otros países europeos rechazan por sus peligros para el medio ambiente.
Una revisión sobre el sector biotecnológico europeo demostró que los cultivos transgénicos no están ofreciendo los resultados esperados. Por el contrario, los métodos agrícolas sostenibles, como la agricultura ecológica, están creando empleo en el medio rural y potenciando la economía agraria, además de aportar innegables beneficios ambientales. Repite
Un documento con preguntas y respuestas sobre los OMG, enfocado a demostrar que los cultivos transgénicos no ayudan a alcanzar los Objetivos del Milenio de reducir el hambre y la pobreza en 2015 está disponible aquí
(Amigos de la Tierra,
La Biodiversidad, 20/02/2008)