A dos días de que se produzca el primer encuentro entre la presidenta Cristina Kirchner y los representantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, ambas partes parecen transitar senderos que se bifurcan. En la Casa Rosada, Cristina les ratificará a los asambleístas que la disputa con Uruguay por la instalación de Botnia sigue siendo una "causa nacional", tal como la bautizó Néstor Kirchner en mayo de 2006. Pero las miradas sobre lo que eso significa son muy distintas.
Para el Gobierno, haber llevado el diferendo ante la Corte Internacional de La Haya es la muestra más clara de su compromiso con el reclamo ambiental, pero también debe ser la estación final de este conflicto. Aunque no piensa utilizar la fuerza pública contra los asambleístas, la Presidenta quisiera ver liberado el paso en el puente internacional San Martín que lleva ya más de 15 meses cortado. Y, desde ya, no desea abrir ningún nuevo frente de conflicto con el Uruguay.
En la Casa Rosada recordaron ante este diario las palabras que le dedicó la Presidenta a Tabaré Vázquez en su discurso de asunción ante la Asamblea: "Desde este gobierno, no va a tener un solo gesto que profundice las diferencias." Ese tipo de gestos, justamente, son los que irán a reclamar el jueves los cinco representantes de la Asamblea que visitarán la Casa Rosada, junto al intendente de Gualeguaychú y al gobernador Sergio Urribarri.
El principal reclamo que los asambleístas pondrán sobre la mesa de la Presidenta es que se prohíba el abastecimiento con materia prima argentina de la fábrica de celulosa de Botnia en Fray Bentos. Alegan que el Código Aduanero establece el daño al medio ambiente como una de las posibles razones para impedir la exportación de un producto.
Pero lo cierto es que la medida es de difícil implementación y no existen antecedentes en el país de que se haya aplicado en un caso semejante (ver Qué es...). Además, tendría escasos efectos concretos, porque hace tiempo que la empresa finlandesa decidió abastecerse en otros países de materia prima y mano de obra.
"La idea general es no atarse a abastecimientos de Argentina. Apenas en tres o cuatro oportunidades, desde el comienzo del proceso de construcción de la planta, trajimos desde allí algunos productos para Kemira (la subsidiaria que elabora los químicos que se utilizan para la fabricación de celulosa)", explicaron fuentes de Botnia a Clarín.
Aunque la lista de reclamos que llevarán los asambleístas terminará de definirse mañana, otros que asoman son el pedido de una ley nacional para que se prohíba la exportación de madera para Botnia (ya se votó en Entre Ríos) y llevar la protesta argentina ante la Unión Europea y otros foros internacionales. "Escucharemos y tomaremos nota", adelantan en la Rosada sin mucho entusiasmo.
(Por Leonardo Míndez,
Clarin, 12/02/2008)