Londres, Reino unido — El gobierno laborista británico acaba de tirar por la ventana la credibilidad que había acumulado en la lucha contra el cambio climático al dar luz verde a la construcción de nuevas centrales nucleares. Estas centrales costarán miles de millones, y traerán reducciones muy pequeñas de emisiones de carbono en un plazo demasiado largo. Dejarán tras de sí un nuevo legado de residuos radiactivos para las futuras generaciones.
El hecho es que la apuesta nuclear británica no resolverá el problema de sus emisiones de CO2 ya que sólo reducirá un 4% su emisión de gases de efecto invernadero, después de 2020. Demasiado poco, demasiado tarde y demasiado caro.
Mientras la industria nuclear echa las campanas al vuelo en todo el mundo por el anuncio del gobierno británico, se olvida intencionadamente de mencionar que el 86% del consumo de gas y petróleo en el Reino Unido no se utilizan para producir energía eléctrica. De hecho la incidencia sobre el consumo de petróleo de estas plantas será nula, ya que la totalidad del uso de petróleo se destina al transporte.
Lo que el mundo necesita para evitar un cambio climático catastrófico no son más centrales nucleares, sino una Revolución Energética que promueva la eficiencia energética, las energías renovables. En vez de perder el tiempo y los recursos en promover la peligrosa energía nuclear, el gobierno británico debiera promover soluciones reales, más limpias, más seguras y disponibles en la actualidad.
(Por Laura Pérez,
Greenpeace, 10/01/2008)