El conflicto con Uruguay por la instalación de las pasteras en las costas fluviales fronterizas y los cortes de ruta impuestos por asambleístas en los pasos a Uruguay se encuentra en un punto de estancamiento que, iniciada una nueva temporada veraniega, incrementa los perjuicios para ambos países.
No hubo avances a nivel de los gobiernos, que han llevado el tratamiento de la cuestión al Tribunal Internacional de La Haya.
Mientras tanto, los vecinos autoconvocados en la Asamblea de Gualeguaychú han ratificado la persistencia del corte del puente que comunica con Fray Bentos, el cual lleva ya más de un año, y de otras medidas de protesta por la instalación de la fábrica de Botnia en esa localidad.
La pastera de Fray Bentos se ha puesto ya en funcionamiento, y la forma que tomó la disputa dificulta el control ambiental.
Esta es una consecuencia no buscada, pero altamente perjudicial de las medidas de protesta y el fracaso de las instancias de negociación bilateral: el corte de rutas y las posiciones irreductibles han significado una ruptura en la comunicación que impide una participación binacional y representativa en el control ambiental de las actividades fabriles.
Mientras tanto, la actividad turística y comercial que se intensifica con la temporada veraniega vuelve a acusar el impacto de este conflicto que ha empañado las relaciones bilaterales.
El conflicto argentino-uruguayo por la instalación de las pasteras en las costas fluviales fronterizas se encuentra en un estancamiento cuyos perjuicios se incrementan con la temporada veraniega.
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Clarín, 09/01/2008)