La multinacional del petróleo Shell ha anunciado que criará algas en el mar de Hawai para convertirlas en biocombustibles, un gesto que la ONG Greenpeace calificó como "potencialmente interesante", pero que, a su juicio, no "arregla" las operaciones intensivas de carbono que la compañía está realizando en arenas de alquitrán --petróleo extra pesado-- en Canadá. Según recoge el diario 'The Guardian', la decisión de construir una planta experimental de este tipo llega después de que otra pionera de los combustibles limpios, 'D1 Oils', pidiese a los ecologistas que dejen de condenar de forma genérica a los biocombustibles y apoyen estos productos sostenibles que "no compiten con la agricultura destinada a la alimentación".
El gigante angloholandés ha decidido construir una planta experimental a través de una 'joint venture' --alianza estratégica-- con HR Biopetroleum. La instalación tendrá su localización en la costa de Kona de la isla de Hawai. El tipo de algas que se desarrollará crecen muy rápido y, según la compañía, "pueden proporcionar en una hectárea 15 veces más combustible que la colza".
"Las algas tienen un gran potencial como base sostenible para la producción de fuel diesel con un impacto de carbono muy bajo", afirmó en este sentido el vicepresidente ejecutivo de Shell para Combustibles de Futuro, Graeme Sweeney, que asegura que la rentabilidad del proyecto "ya ha sido probada".
Y aunque otros grupos han realizado varias pruebas con algas que han terminado en fracaso, Sweeney defendió la viabilidad del proyecto y negó que el plan esté diseñado para 'desviar' la atención pública de sus negocios de petróleo extra pesado, que han enfurecido a los grupos ecologistas, afirmando que la creciente demanda global de energía "hará que todos los tipos de fuel se necesiten en el futuro". Sweeney insistió en que sólo criarán especies de microalgas marinas "no modificadas" y que harán "intensos esfuerzos" para salvaguardar el medio ambiente local y los ecosistemas marinos.
(EUROPA PRESS,
Ecotícias, 17/12/2007)