Los defensores de la energía nuclear creen que el tiempo pasa a su favor. El petróleo busca imparable los 100 dólares por barril, los países productores son ejemplo de inestabilidad política y cada vez más voces dicen que reducir las emisiones de CO2 y prevenir el cambio climático es la tarea más urgente de la humanidad. Los ecologistas están de acuerdo en la descripción, pero piensan que la energía nuclear no es solución y además empeora el problema, por cara y peligrosa. Si se trata de garantizar el suministro o disminuir las emisiones de dióxido de carbono, la opción son las energías renovables, que ni dependen de importaciones ni producen CO2.
Para Carlos Bravo, responsable de Energía Nuclear de Greenpeace, el optimismo pronuclear es pura estrategia. Quieren que la opinión pública perciba esta opción como inevitable. Y están convencidos de que su futuro es, como mínimo, el establecido por el programa electoral del PSOE en el 2004, el desmantelamiento progresivo, según cumplan el ciclo de vida para el que fueron construidas, y su sustitución por renovables.
Pero lo cierto es que está a punto de terminar una legislatura que nació con grandes riesgos para el futuro de las nucleares sin pérdidas importantes en su posición. El Gobierno no cerrará la nuclear de Garoña ni publicará el calendario de cierre de centrales antes de las elecciones, aseguraron a EFE fuentes del Ministerio de Industria.
Para Bravo, son dos promesas que el Gobierno ha de cumplir: "debe sacar el calendario de cierre para que en la próxima legislatura se plasme en una ley" y, en cuanto a Garoña, si no cumple "la promesa de cierre que hizo a través de los medios y que reiteró María Teresa Fernández de la Vega, sería sumamente decepcionante". "Sería absurdo que una central totalmente amortizada, que no produce ni el 1,5% del total eléctrico, siga ahí, arriesgándonos a un accidente grave".
La razón alegada para posponer el anuncio de cierre de Garoña es que el Consejo de Seguridad Nuclear está estudiando una solicitud hecha por la empresa en 2006 de ampliar su vida útil otros diez años. El informe, que determinará si la ampliación es segura, no estará hasta finales de 2008. Garoña entró en funcionamiento en 1971 y ya en 1999 recibió permiso para operar diez años más, hasta 2009.
Pero no hay por qué esperar, asegura Greenpeace, "se puede cerrar -o decir que no se prorrogará su permiso- ahora mismo mediante una orden ministerial". Para Antonio González, director técnico del Foro Nuclear, organismo que defiende los intereses de esta industria, no hay incumplimiento: "Es verdad que el PSOE proponía el abandono progresivo de la energía nuclear y su sustitución por otras fuentes energéticas. Pero es una propuesta que va más allá de la legislatura 2004-2008 y no se le puede culpar de haberlo incumplido."
Almacén de residuosPara los ecologistas, la confirmación de que se va al cierre de las centrales nucleares debe ser previo a afrontar el tercero de los grandes asuntos abiertos en energía nuclear: la creación de un Almacén Temporal Centralizado (TAC), para custodiar los residuos de todas las nucleares españolas. En la actualidad, cada central guarda los suyos.
Pero el TAC suscita un rechazo de la población mayor incluso que las centrales nucleares, según las encuestas del CIS. "ENRESA, empresa estatal que gestiona los residuos nucleares -dice Bravo-, quería empezar a construir el almacén a finales de 2006 y no ha podido. El Gobierno lo paralizó, primero por las elecciones municipales, luego por las generales".
La búsqueda de emplazamiento del TAC está, efectivamente, paralizada, confirman las fuentes de Industria, aunque no lo achacan a razones electorales, sino técnicas. En cualquier caso, en este momento hay en el Ministerio cerca de 120 peticiones de información. La instalación del almacén tendría un importante impacto económico para el municipio que lo albergara.
Foro Nuclear dice que la polémica pronucleares-antinucleares no tiene sentido: "el debate sobre energía nuclear sí o no debería estar superado. España no puede prescindir de ella porque estamos un 35% por encima de nuestro compromiso con el protocolo de Kioto; importamos un 85% de la energía y el consumo ha crecido casi un 50% en los 10 últimos años". La energía nuclear, añaden, lucha contra el calentamiento global, pues las centrales "no producen emisiones mientras operan y garantiza el suministro, pues el uranio es abundante y no está concentrado en países con problemas geopolíticos, como el petróleo".
"Es la forma masiva de producción de electricidad más competitiva, basada en la tecnología y no en la materia prima. El precio del uranio repercute entre un 3 y un 5% en el coste final del kw hora producido". Para Greenpeace, esto es una falacia. "La energía nuclear es en sí muy cara, tiene costes a larguísimo plazo de gestión de residuos que no se han internalizado. Se han calculado para las próximas décadas pero durarán cientos de miles de años".
Los nucleares apelan a otros países para convencer de la necesidad de que España apueste por esta energía. Según ellos, Estados Unidos ha ampliado hasta 60 años la vida útil de 48 centrales, 20 más de los que tenían, igual que a la central nuclear de Holanda". Y en Francia "piensan que el parque actual tendrá que funcionar 55-60 años". Para que España se sitúe al nivel de consumo de la Unión Europea no sólo no se pueden cerrar centrales sino que "habría que construir entre 10-12 mil megawatios adicionales de nuevas centrales para estar en el 2030 en el entorno de un tercio de energía nuclear, como nuestros socios."
Para Bravo, también esto es pura campaña: "hacen ver que todos piensan en construir centrales y no es verdad. Ningún país del mundo desarrollado tiene proyectos; incluso en Estados Unidos, que al empezar el primer Gobierno Bush, hace ocho años, dijeron que iban a construir montones de centrales, no han construido ninguna". "En Europa se han cerrado ocho reactores y sólo Finlandia, con graves problemas de sobrecoste, está construyendo", añade Bravo. "Lo único que vemos son anuncios de construcción en Egipto o Marruecos. Las compañías pelean por ganar mercados desesperadamente y así Libia, Argelia, Marruecos, países con rivalidades geopolíticas, van a poner centrales nucleares a nuestro lado".
(Elconfidencial.com,
Ecotícias, 19/11/2007)