Este 25 de octubre, el ministro de Medio Ambiente francés, Jean-Louis Borloo, ha anunciado el congelamiento de los cultivos de maíz transgénico hasta la aprobación de una nueva ley en ese país, probablemente en enero de 2008 y de la conclusión de un estudio profundo que despeje las dudas que el gobierno francés reconoce tener sobre los OGMs.
Dado que dichas investigaciones no se concluirán en el corto plazo y no existen garantías de resolver las dudas alrededor de los transgénicos, se prevé que dicho congelamiento pueda ser indefinido. Asimismo, el Presidente galo Nicolas Sarkozy, ha declarado que, acogiéndose a la Cláusula de Salvaguardia de la directiva 2001/18, impone una moratoria al maíz Mon 810. Para tomar esta decisión el gobierno francés argumenta las siguientes razones:
1) Tiene incertidumbre sobre la seguridad de los transgénicos
2) Tiene dudas sobre su utilidad
3) Tiene una gran preocupación sobre su diseminación incontrolada
Ambos funcionarios han aludido a los principios de responsabilidad, de transparencia y de precaución. En enero, Francia decidirá además si los campos experimentales son abolidos y la experimentación se limitará a ambientes confinados, es decir sin contacto con el medio ambiente. Asimismo, se ha propuesto reducir a la mitad su uso de plaguicidas en diez años y que se produzca orgánicamente hasta un 6% de la tierra arable de ese país para el 2012.
Ello es muy relevante puesto que Francia es el principal productor agrícola de Europa y el principal consumidor de agrotóxicos. Francia se une así a Austria, Alemania, Grecia, Hungría y Polonia que ya han establecido este tipo de moratorias a los transgénicos. Al mismo tiempo, en Bruselas, sede del gobierno común europeo, el Comisario Europeo de Medio Ambiente ha propuesto la prohibición de dos maíces transgénicos por los riesgos que suponen para el medio ambiente (el Bt 11 de Syngenta y el 1507 de Pioneer/Dow) debido a las evidencias científicas de que estos cultivos "plaguicidas" tienen el potencial de causar daños ambientales.
Mientras los transgénicos CLARAMENTE son rechazados en Europa y se están tomando medidas para DETENER los riesgos ambientales, a la salud y a la soberanía alimentaria que representan los transgénicos, en México se insiste en APROBAR la siembra experimental de maíz transgénico en el país centro de origen y diversidad del maíz.
Greenpeace celebra que el gobierno francés haya tomado en cuenta las evidencias y argumentos ambientales para prohibir el peligroso cultivo de organismos genéticamente modificados. El anuncio del presidente Sarkozy es una victoria para los consumidores y campesinos franceses y para el medio ambiente. Greenpeace llama a todos los gobiernos a seguir el ejemplo de Francia para proteger a sus ciudadanos y al medio ambiente de las amenazas de los transgénicos.
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Eco Portal, 26/10/2007)