De acuerdo a estos científicos, es necesario que las naciones, específicamente en el continente Americano, cierren las vías de acceso a estas tecnologías que hoy por hoy son impulsadas por transna-cionales. El Grupo ETC tiene estatus de consultor en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC), en la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y en el Convenio de Diversidad Biológica (CDB); y también tiene una larga historia con el Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Internacional (CGIAR).
Es una organización de la sociedad civil registrada en Canadá y en Los Países Bajos, es una organización privada sin fines de lucro. Los científicos están en el país invitados por el Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA). Silvia Ribeiro, investigadora y responsable de Programas del Grupo ETC, en México, explicó que “Terminator”, es una tecnología para diseñar genéticamente plantas que produzcan semillas estériles, y la misma fue desarrollada por multinacionales de semillas y agroquímicos junto con el gobierno estadounidense.
Ribeiro explicó que el objetivo de su visita al país con otros científicos, es contribuir y concientizar principalmente a los gobiernos de estas naciones a no permitir el ingreso de productos manipulados genéticamente. “Terminator es una tecnología que no está comercializada ni se prueba en campo, pero se está experimentando en invernaderos en Estados Unidos”, puntualizó.
La investigadora destacó la importancia de que El Salvador tenga una normativa legal, para frenar la introducción de semilla transgénica, no obstante, alertó que el interés de las seis multinacionales que dominan el mercado en todo el mundo de transgénicos hacen esfuerzos diariamente por promover sus productos.
De hecho, reveló que Monsanto, una de las 6 empresas, genera el 80% de las semillas manipuladas en el mundo. El Grupo ETC advierte que los productos manipulados tienen impactos grandes en la salud, el Medio Ambiente; pero con “terminator”, los efectos de daños podrían ser mayores. “Al adoptar estas tecnologías, se entrega la soberanía alimenticia, la soberanía de cada país”, enfatizó Ribeiro.
Por su parte, Pat Roy Mooney, director Ejecutivo del Grupo ETC, explicó que “ETC es una pequeña organización de la sociedad civil internacional que monitorea el impacto de las nuevas tecnologías en las comunidades rurales con oficinas en Canadá, Estados Unidos y México, y trabaja con organizaciones afines en todo el mundo”. “La semilla es la llave de la cadena alimentaria, si uno controla la semilla controla toda la cadena, eso lo vimos en los 70´s… luego supimos que controlaban los genes de esa semilla. Ahora el control se ha movido al control de los átomos de los genes (nanotecnología)”.
Ricardo Navarro, presidente del CESTA, enfatizó que el problema de los transgénicos en el país, esté frenado pero sólo por una Ley que evita el ingreso de semillas, pero la amenaza es latente. Los científicos de ETC, además, dijeron que las empresas ahora impulsan proyectos denominados energías renovables, en las cuales se incluyen los biocombustibles, que aseguran tendrán impactos negativos en el Medio Ambiente.
(Por Iván Escobar, Diario Co Latino /
La Biodiversidad, 03/10/2007)