En menos de 5 años, se
estima que unos 100 MILLONES de estadounidenses sufrirán escasez de agua, por
lo que el aumento en la demanda (¡y el precio!) del agua envasada será
inevitable. Así, en vista de que las fuentes de agua son cada vez más escasas y
que México no puede considerarse como fuente de abastecimiento, pues ocupa el
segundo lugar a nivel planetario en consumo de agua embotellada, la mira de los
comerciantes está dirigida a Costa Rica y países vecinos.
No se puede mejorar la
calidad de vida bajo la amenaza de la escasez de agua . El sistema de comercio
deber ser “NO DISCRIMINATORIO”, por lo que un Estado no debe “discriminar”
entre sus interlocutores comerciales, dicen los principios de
Con este contexto, Comex
nos recuerda que dichos principios comerciales son plenamente ACOGIDOS en el
TLC con EE. UU. y que “En el caso del AGUA EMBOTELLADA, hoy en Costa Rica,
cualquier persona física o jurídica, pública o privada, puede aprovechar
comercialmente este recurso, ya que las leyes permiten que el agua sea
embotellada y vendida como un bien de mercado. Nuestra legislación permite la
exportación e importación de agua embotellada. Todo esto NO CAMBIA con el TLC”
(Columna “Aclarando Dudas”, 14 de agosto del 2006).
No hubo reserva
Es precisamente en ese
“Todo esto no cambia con el TLC” donde los funcionarios de Comex admiten sin
ambages (algunos se arrepintieron de esa confesión) que los negociadores del
tratado no incluyeran, como parte de las MEDIDAS DISCONFORMES, que Costa Rica
se reservaba el derecho a imponer regulaciones a la extracción y exportación
del agua envasada, según las condiciones del recurso frente a las necesidades
nacionales.
Esa propuesta pudo
sustentarse en vista de las situaciones que comunidades canadienses e incluso
estadounidenses han experimentado con el NAFTA suscrito entre sus países, como
el caso de USA Springs, Inc. contra una comunidad de New Hampshire que
pretendió, infructuosamente, evitar que dicha empresa obtuviera derechos de
explotación por más de un millón de litros diarios del agua de su subsuelo. Con
el texto del NAFTA en sus manos, la compañía impuso su interés comercial.
Al aprobarse el TLC con
Cuestionable desdén
Pero como la capacidad de
pago y la demanda de agua de parte de comunidades del Caribe no se pueden
comparar con las de Estados Unidos, para el caso actual es cuestionable el
desdén mostrado por Comex. En menos de 5 años, se estima que unos 100 MILLONES
de estadounidenses sufrirán escasez de agua, por lo que el aumento en la
demanda (¡y el precio!) del agua envasada será inevitable. Así, en vista de que
las fuentes de agua son cada vez más escasas y que México no puede considerarse
como fuente de abastecimiento, pues ocupa el segundo lugar a nivel planetario
en consumo de agua embotellada, la mira de los comerciantes está dirigida a
Costa Rica y países vecinos.
Pese a que más de mil
millones de personas no tienen acceso al agua potable y que la demanda se
duplica cada 20 años, el negocio de la venta de agua envasada supera los
100.000 millones de litros, aunque su precio es unas 2.000 veces superior al
del agua de grifo. Frente a los que
consideramos el acceso al agua potable como UN DERECHO HUMANO, están los que la
ven solo como un “OBJETO COMERCIAL”, al que no se le pueden poner restricciones
para su EXTRACCION Y EXPORTACION. Sin embargo, para una posible renegociación
del TLC con EE. UU., indudablemente que este sensible tema es primordial, pues
no se puede mejorar la calidad de vida bajo la amenaza de la escasez de agua.
(Por
Freddy Pacheco, Eco Portal, 31/07/2007)